Ajoblanco

¿Mayonesa? ¿all-i-oli?, no, no, no, ajoblanco. Ajoblanco como yo lo he conocido toda la vida, y no es el ajoblanco que el resto del mundo conoce. Digo esto, porque por la red y hablando con gente, lo más común es el ajoblanco como una especia de sopa fría, gazpacho tomada bien fresquita para el verano, pero en mi familia no es así.

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Como veis en la foto, es mucho más espeso (no se le añade el agua que se le añade a la sopa fría). Se come para acompañar patatas hervidas, pero se puede comer con casi cualquier cosa, con judías verdes, con carnes, con pan, a cucharadas... está muy rico, pero también advierto, que es muy calórico. Se puede conservar tiempo en la nevera sin problemas.

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Mi abuela María ya lo hacía, y ahora mis tías y mi padre. En casa, el gran especialista es él, mi padre, y lo hace para chuparse los dedos. Esta entrada te la dedico a ti, papá, que se que la vas a leer muy pronto, porque siempre eres el primero en leer todas las cositas nuevas que voy poniendo en el blog.

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Bueno, la receta es más o menos, porque mi padre lo hace a ojo, pero este verano que lo hizo delante mio, fui tomando medidas aproximadas.

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Ingredientes

• 70 unidades de almendras peladas sin tostar
• 1 barra de pan duro (no le llegó a poner la barra entera)
• 1 vaso de aceite de oliva
• 1 chorrito de vinagre (al gusto)
• sal

Preparación

• Ponemos el pan en remojo.
• Si las almendras no están peladas, las pelamos. Cogemos un bol con agua y lo llevamos al microondas hasta que empiece a hervir. Lo sacamos con cuidado, y ponemos las almendras dentro. Al poco rato ya podremos ir cogiendo una a una y las vamos pelando.
• Vertimos las almendras peladas en el vaso del mipimer. Añadimos el pan escurrido, el vaso de aceite, el vinagre y la sal.
• Trituramos todo con el minipimer hasta que quede una pasta fina.
• Rectificamos de sal si es necesario.
• Lo llevamos a la nevera hasta la hora de comer.

Papá, si me he dejado algo en el tintero llámame corriendo ;-)